El concepto de gobierno parece no estar muy contento con la idea del blockchain y la razón es mucho menos compleja de lo que parece.
El gobierno ve al blockchain como una forma de anarquía y aprovechemos este momento para definir esta palabra que se usa con tanta frecuencia en este tema:
anarquía
Del gr. ἀναρχία anarchía.
1. f. Ausencia de poder público.
2. f. Desconcierto, incoherencia, barullo.
El white paper de Satoshi Nakamoto con el que inició todo el movimiento del Blockchain fue creado para proponer una tecnología que revolucionaría al decadente sistema financiero bancario.
Sin embargo, gobiernos de muchos países, incluido México, lo transformaron a una ideología política, lo cierto es que un white paper no es igual a un manifiesto político.
El blockchain no viene a ser antagonista del gobierno y no es anarquismo (Doctrina que propugna la desaparición del Estado y de todo poder.)
Existe muy poca difusión en todos los temas que rodean a esta tecnología financiera pero el reto no es que los gobiernos acepten este sistema, sino que los ciudadanos tomen primero el control del blockchain, de lo contrario estaríamos delegando en alguien más las responsabilidades del futuro de esta tecnología.
La Asociación Blockchain México aseguró en un artículo de Forbes que “Esta tecnología tiene el objetivo de crear procedimientos más transparentes, seguros y eficientes” y tal pareciera que en la solución está el problema.
El blockchain se puede describir como un libro de contabilidad público, donde se registran todas las transacciones, sin que exista manera de modificarlas, ya que cada una de las partes de la cadena está marcada y enlazada con el bloque anterior ofreciendo un grado de seguridad imposible de violar o hackear.
Transparencia, seguridad, eficiencia… tres adjetivos que nadie nunca usa para describir al gobierno (al menos en México). El blockchain también garantiza la apertura de los datos a los ciudadanos.
¿Blockchain públicas, privadas y mixtas?
Otra discordia por la que no se puede llegar a un consenso para usar esta tecnología en México es la modalidad en que puede aplicarse: pública, privada o mixta.
Una blockchain pública permite a cualquier persona unirse a la red para colaborar y actualizar la cadena. Toda la información puede ser vista por todos sin restricción.
Una blockchain privada, bueno pues simplemente no puedes contribuir ni ver nada de lo que ocurre en la cadena, es muy parecido al sistema bancario actual pero con el plus de la seguridad que ofrece el blockchain.
Por último las blockchain mixtas permiten realizar transacciones públicas sin necesariamente conocer el contenido del blockchain y además se mantiene el control de quienes pueden acceder a la red por invitación.
Cómo Sí Vs. Cómo No
En toda esta discusión se ha aplicado una manera de pensar algo poco cooperativa, en vez de sumar con ideas de como sí se puede implementar el uso de esta tecnología, el debate se ha centrado en cómo no debería utilizarse esto a causa del pensamiento erróneo de que el blockchain es precedente de la anarquía.
En México ya existen iniciativas como la Estrategia Nacional del Blockchain de Rafael Salas y Saiph Savage, eminencias en tema del blockchain. Sin embargo, no son suficientes y se necesita de pensadores de cómo sí se puede implementar este sistema.